miércoles, 30 de enero de 2013

Situación actual del periodista en España

Como bien todos sabemos el mercado laboral en el sector periodístico decrece progresivamente, al mismo tiempo que aumenta el número de parados. Cada vez hay menos puestos de trabajo en este sector, aunque no disminuya el número de alumnos matriculados en dicha carrera. Por lo que cada año sale una cantidad ingente de alumnos a un mercado en el que no solo cada vez hay menos empleo, sino que en el poco que hay cada vez la situación es más precaria. Ésto se debe a bajos salarios, pésimas condiciones laborales y un empleo que en pocas ocasiones te permitirá superar el período de prueba, olvidándonos por completo de obtener un puesto fijo, lo cual a día de hoy parece más bien una leyenda. Por lo que se oyen cosas como la profesión del desempleo o que en las facultades de comunicación se educan a futuros esclavos.

En el período de 2009, el número de parados en este sector era de 6668 demandantes de empleo y 5155 registrados en el paro, según el servicio estatal de empleo público. Las cifras no solo son impactantes, sino que suponen más del doble en el caso del paro registrado que en 2008. Pero, la crisis continúa y no solo salen al mercado periodistas que saben que no encontrarán trabajo en años, sino que según informa APM, en 2010, el 25 por ciento de periodistas han perdido su empleo por ajustes de plantilla, por despido, por cierre o por ERE. Además las cifras aumentan si consideramos la de periodistas que sin estar registrados en el paro, están desempeñando otras funciones por no encontrar trabajo en la materia para la que han estado cinco años preparándose.

Aquí encontramos por tanto un desajuste entre el mercado universitario y el mercado laboral y así lo a documentado Urbaneja, ya que en España hay alrededor de 72.292 periodistas titulados y puestos de trabajo solo para 30000 periodistas. Por lo que estos datos no solo crean una frustrante lucha por acceder a esos puestos, los cuales resultan insuficientes, sino que fomentan la precariedad de la que antes hemos hablado, ya que las empresas periodísticas saben que pueden ofrecer las condiciones mínimas a sus empleados, puesto que estos datos han cambiado por completo al antigua visión del empleo, en la que se luchaba por obtener un trabajo digno, por la nueva visión en la que con las dificultades que el sector plantea, la único importante sería tener trabajo, aunque las condiciones del mismo sean deleznables. Desplazando así la preocupación del paro, por delante de la preocupación por la baja remuneración.

Todo ésto afecta por tanto también a la pluralidad periodística, ya que las dificultades que plantea la búsqueda de empleo y el auge de las preocupaciones económicas que ocasiona la crisis que asola nuestro país, acaba cada vez más con la autocrítica, por poder ocasionar ésta la pérdida del empleo que tanto se ansía, convirtiendo a uno de los sectores más importantes de una civilización desarrollada, como constituye el periodismo, en un sector de empleados que en la mayoría de las ocasiones no les queda más remedio que someter su ideología a la ideología impuesta, la cual no es más que una ideología manipulada por completo por los poderes políticas y los intereses de los más poderosos.

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